El depósito bancario sigue siendo una de las opciones más habituales y sencillas para el ahorrador particular, a pesar de que en época de recesión la rentabilidad y el rendimiento suele ser más bajo. Sin embargo, y a pesar de ser un producto popular y de escasa complejidad, ¿es seguro? ¿Existe la posibilidad de que me quede sin mis ahorros?
El funcionamiento de un depósito bancario es sencillo: un cliente -empresa o particular- aporta una cantidad determinada de dinero a la entidad bancaria durante un período de tiempo y bajo unas condiciones estipuladas a cambio de obtener una rentabilidad. Es decir, obtienes beneficios a cambio de mantener tu dinero en el banco.
Pero, ¿es seguro? Sí. De hecho están considerados como uno de los productos de ahorro más seguros que hay actualmente en el mercado, puesto que obtienes rentabilidad por el dinero que decides depositar sin riesgo a perder tus ahorros de forma parcial o total. Además, el gobierno español, como ocurre en el resto de Europa, prevé un sistema de garantía para que aquellas personas que tengan un depósito bancario no pierdan sus ahorros en caso de que la entidad bancaria tenga problemas y se declare insolvente o en quiebra.
En España, por ejemplo, el importe máximo de garantía es de 100.000 euros, pero hay que tener muy en cuenta que se aplica por depositante, por lo tanto, si una persona deposita 70.000 euros en una entidad, y 50.000 en otra distinta, el cliente únicamente tendría cubiertos hasta 100.000 euros y correría el riesgo de perder el dinero restante (20.000 euros) en caso que tuviera que recurrir al Fondo de Garantía de Depósitos.
Por otro lado, hay dos clases de depósitos: los depósitos a plazo fijo y los estructurados, que a su vez de dividen en referenciados o combinados:
– Los depósitos a plazo fijo son los más demandados por tener un riesgo nulo, puesto que tienen una rentabilidad y un plazo fijados por las dos partes y, de esta manera, el cliente ya sabe cuánto dinero ganará desde el primer momento, siempre y cuando se cumplan las condiciones pactadas. Por lo tanto, este tipo de depósitos no se ven afectados por las fluctuaciones del mercado.
– Dentro de los depósitos estructurados podemos diferenciar dos grupos: los depósitos referenciados, que están vinculados a un índice de referencia (IBEX 35, por ejemplo) y su rentabilidad será mayor o menor según varíe dicho índice; y los depósitos combinados, que combinan un depósito a plazo fijo, sin riesgo, con otro producto de inversión donde el capital y el interés no están garantizados y pueden variar y, evidentemente, existe cierto riesgo.
Por otro lado, tal y como recuerda el comparador financiero y de microcréditos WannaCash.es, hay que tener en cuenta un factor que dota de mayor seguridad a este producto, y es que las únicas entidades que pueden captar depósitos son los bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito y, por lo tanto, ninguna entidad fuera del control del Banco de España puede ofrecer depósitos de ningún tipo.