Conseguir una segunda vivienda es una forma útil de inversión. El precio de la vivienda de segunda mano en Madrid ha bajado un 43% en diez años desde el boom inmobiliario de 2007, por lo que conseguir una segunda vivienda es una ganga.
De hecho, la compraventa de viviendas ha subido casi un 20% dese principios de año. La gran cantidad de viviendas vacías ha permitido aumentar la oferta, permitiendo que los precios bajen. Conseguir una segunda vivienda se ha convertido en una inversión para el futuro de muchas familias que consiguen una forma de ingresos segura.
Una inversión a largo plazo
Conseguir una vivienda como inversión es una práctica cada vez más habitual. España sigue siendo un país de propietarios, y el alquiler se ha convertido en una forma sencilla de conseguir un dinero extra: si tenemos una segunda vivienda que no utilizamos, podemos alquilarla a un tercero y conseguir un dinero extra para pagar la hipoteca de la primera vivienda.
Con un mercado en alza que va recuperándose después del boom inmobiliario, la vivienda ha vuelto a convertirse en un valor refugio. Para las personas que dispongan de capital es un buen momento para invertir, ya que ahora están a precio bajo. El alquiler es los últimos tiempos el modo en el que más personas se van a vivir fueras de casa y además han subido los precios.
Ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia son las grandes beneficiadas de esta tendencia. Las buenas comunicaciones, la posibilidad de poder encontrar cualquier cosa animan a la gente a comprar una casa mejor comunicada y más cercana a su puesto de trabajo.
El mercado de segunda mano, el gran beneficiado
La gran cantidad de viviendas construidas durante el boom inmobiliario por fin están saliendo al mercado. Comprar una vivienda de segunda mano resulta, hoy en día, más de 100.000 euros más barato que hace 10 años; animando a los inversores a comprar y fomentando el alquiler.
La falta de construcción de nueva vivienda ha aumentado la demanda y ha permitido que los precios suban. Sin embargo, a pesar de los buenos datos económicos, el miedo a una segunda burbuja inmobiliaria sigue en el aire.
La pregunta clásica: ¿Comprar o alquilar?
A pesar de los buenos datos económicos, el fantasma del pasado sigue presente. ¿Puede haber una nueva burbuja? Los alquileres se hayan en máximos históricos, gracias, en parte, a la gran demanda y la poca oferta de vivienda nueva y la negativa de los bancos a conceder un crédito tan fácilmente como en la época de la burbuja inmobiliaria.
Si podemos constatar un cambio de hábitos en los consumidores: frente a las generaciones anteriores que veían la compra una casa como el culmen de su vida y de su trabajo, los jóvenes optan por el alquiler ante la incapacidad para comprar, por la menor capacidad de generación de rentas y la menor acumulación de riqueza.
El futuro no está escrito
La transformación de la sociedad ha cambiado nuestra forma de ver el mundo: a pesar de que la vivienda en propiedad sigue teniendo mucho peso, el alquiler ha ido abriéndose paso y propagándose. ¿Puede seguir siendo España un país de propietarios o vamos poco a poco siguiendo las tendencias de nuestros vecinos europeos donde la cultura del alquiler está más extendida?
El futuro todavía no está escrito.